Cuando uno se hace adulto abandona los juguetes de su infancia y se interesa por otras cosas. Y entre estas otras cosas, la favorita suelen ser las pollas, como vemos aquí a este hombre disfrutando del pene de su amigo: no lo suelta en ningún momento, es como un niño con su juguete preferido, pero esta vez los juegos van en serio y producen placer de verdad.
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